¿Y si la inteligencia artificial leyera por nosotros?

¿Y si la inteligencia artificial leyera por nosotros?


En los últimos años hemos llegado a conocer, e incluso a utilizar, sistemas de inteligencia artificial que escriben textos, crean imágenes y hasta canciones basándose en las indicaciones más o menos precisas que les damos. Pero ¿qué pasaría si la IA empezara a leer e interpretar textos verdaderamente complejos por nosotros? ¿Qué impacto tendría esto en nuestras propias vidas? Para empezar, nos enfrentaríamos a problemas relacionados con la comprensión de textos, la sobrecarga de trabajo humano, el reconocimiento o la pérdida de la voz del autor e incluso el proceso de formación de ideas.

Es así como, incluso un juego inocente y divertido (como hacer que un agente de inteligencia artificial resuma una obra literaria clásica para causar buena impresión en una cena) corre el riesgo de convertirse en uno de los principales ámbitos de debate en torno a las nuevas tecnologías. Naomi Susan Baron, catedrática emérita de Lingüística de la American University de Washington, se ocupa precisamente de esto. El pasado mes de noviembre dio una conferencia titulada ¿Quién lo ha leído? El impacto de la inteligencia artificial que lee en el Festival Learning More de Módena.

WIRED se reunió con ella unos días antes de la charla y le pidió que nos ayudara a interpretar el presente y a imaginar escenarios futuros.

Federico Vergari: Profesora Baron, comencemos por el tema de su charla en el festival: ¿qué significa confiar en una inteligencia artificial capaz de comprender e interpretar textos complejos?

Naomi Susan Baron: Aunque el cerebro no sea un músculo, tenemos que entrenarlo para que siga siendo eficiente. Leer textos complejos o con matices lingüísticos es una forma de ejercicio mental. Abandonarnos a la IA significa perder la oportunidad de entrenar el cerebro y renunciar a la posibilidad de interpretar un texto conectándolo con otras lecturas o experiencias.

¿Puede darnos un ejemplo positivo y otro negativo del uso de la IA?

En el lado positivo, la IA es extremadamente eficiente a la hora de filtrar montañas de información escrita, más o menos compleja. Así que si queremos una aproximación rápida, puede ofrecernos un excelente borrador preliminar. En el lado negativo, tal como advierten todas las empresas que desarrollan modelos de lenguaje, los resultados producidos por la IA no siempre son precisos. Si queremos confiar en ella, tenemos que verificarla.

¿Otras repercusiones negativas?

Si recurrimos constantemente a la IA para comprender textos difíciles, perdemos la motivación y la capacidad de hacerlo nosotros mismos. Yo solía preguntarles a mis alumnos: ‘¿Qué puedes hacer cuando se cae internet?’. Ahora mi pregunta es: ‘¿Qué eres capaz de leer, escribir o investigar si no tienes acceso a un LLM (gran modelo de lenguaje)?’.

Le preguntamos a ChatGPT si los humanos dejarán de leer con la IA. Nos contestó que no y que seguirán leyendo para experimentar, construirse opiniones y desarrollar habilidades de pensamiento crítico. ¿Qué opina usted?

ChatGPT está formado para apoyar las capacidades cognitivas y creativas humanas. No me sorprende en absoluto esta respuesta. Lo que me preocupa más es la suposición (por parte de ChatGPT o de cualquier otra persona) de que la gente seguirá leyendo precisamente por esas razones. En muchos países hay un constante declive de la lectura espontánea tanto entre niños como entre adultos. La prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) de 2018 reveló que el 49% lee solo cuando se ve obligado, frente al 36% de diez años atrás. Y estos datos son previos a la llegada de la IA. Solo puedo imaginar hoy esta estadística.

Naomi Susan Baron, Profesora Emérita de Lingüística de la American University de Washington.Festival Learning More

En un cuarto de siglo hemos abandonado el papel para leer en pantallas. Ahora nos informamos haciendo scrolling y no navegando, nos movemos por múltiples niveles de lectura con hipertextos y preferimos los resúmenes a los formatos largos. Fue una revolución copernicana, pero apenas nos dimos cuenta. ¿Cómo leemos hoy?

Aunque la lectura digital se ha disparado, seguimos leyendo mucho en papel. Un estudio reciente de la American Library Association reveló que la Generación Z lee más en papel que los millennials. Quizá el fenómeno BookTok esté ayudando a despertar el interés por el papel entre las generaciones más jóvenes, pero, al menos en Estados Unidos, las ventas de libros impresos siguen resistiendo a las digitales. Luego está la cuestión del scrolling frente a la navegación; especialmente en una laptop, donde se dispone de más espacio visual que en un celular, se puede leer una página entera de una vez y es la mejor opción. Las investigaciones nos dicen que aprendemos más cuando leemos digitalmente pasando páginas y no haciendo scrolling. Cuando vemos una página entera leemos más despacio, volvemos atrás y utilizamos ese espacio mayor para fijar las nociones. Los hipertextos son útiles y a menudo nos llevan a nuevas ideas, pero nos distraen. En cuanto a la preferencia por los resúmenes tienes razón, es una tendencia creciente, ahora amplificada por las herramientas de resumen de IA que están por todas partes. Introduce un texto largo en Google NotebookLM y aparecerá un resumen de 10 minutos o un podcast; Acrobat resume el PDF que querías guardar; Zoom resume tanto la reunión como el chat paralelo.



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