El ICE dispone de una nueva tecnología de reconocimiento facial con IA para identificar migrantes
Esta información se conecta con sistemas como la Base de Datos Integrada de Cumplimiento y plataformas de análisis de la empresa Palantir. Existe preocupación de que los datos recopilados mediante Mobile Fortify estén siendo enviados directamente a estos repositorios sin que haya suficiente información pública sobre los mecanismos de verificación, corrección o impugnación.
Pese a estas inquietudes, las autoridades migratorias y de seguridad nacional han manifestado su intención de ampliar la infraestructura de identificación biométrica, tanto a nivel nacional como internacional. Actualmente, la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) del ICE administra el Programa de Alerta de Migración Transnacional mediante Identificación Biométrica (BITMAP).
A través de esta iniciativa, la HSI proporciona a agencias de países aliados herramientas técnicas y asesoramiento para capturar datos biométricos y biográficos de ciudadanos sospechosos de otras naciones, utilizando dispositivos móviles.
Adicionalmente, a principios de este año, el ICE planteó la posibilidad de implementar un sistema de rastreo de plataformas digitales, bases de datos públicas, la deep web y la dark web, mediante tecnologías como geolocalización, reconocimiento facial y análisis de perfiles psicológicos. El objetivo declarado era identificar a individuos que emiten amenazas o comentarios reiterados contra la agencia y sus funcionarios. ICE justificó esta medida aludiendo a un “aumento en la actividad de amenazas externas” contra su personal, instalaciones y líderes.
Pocos controles de ciberseguridad
Todo esto ocurre, según analistas, en un marco legal ambiguo y en medio de dudas sobre la seguridad de los dispositivos móviles empleados por ICE, preocupaciones que se intensifican ante la presunta implementación de Mobile Fortify.
Los sistemas de reconocimiento facial utilizados por la CBP en los puntos fronterizos cuentan con una base legal relacionada con procesos migratorios y procedimientos basados en el consentimiento informado. No obstante, si esos mismos sistemas se aplican en contextos como Mobile Fortify sin notificación pública, autorización judicial o lineamientos normativos, podrían constituir una violación a la Cuarta Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege contra registros e incautaciones arbitrarias.
Esta falta de transparencia en las recientes acciones del ICE se ve agravada por la limitada fiabilidad del reconocimiento facial para identificar correctamente a las personas y la escasa protección de sus dispositivos. Una auditoría realizada por la Oficina del Inspector General del DHS, alertó que la dependencia en esta tecnología implicaba riesgos considerables de errores de identificación.
El informe también reveló que aproximadamente el 73% de los dispositivos móviles del ICE no contaban con las configuraciones de seguridad gubernamentales obligatorias, y que se permitía a los empleados instalar aplicaciones clasificadas como inseguras o de alto riesgo.
Asimismo, el ICE reconoció que algunos dispositivos utilizados en el extranjero carecían de software de protección contra amenazas. Entre finales de 2021 y mediados de 2023, cerca del 30% de los equipos móviles descartados presentaban registros de limpieza digital poco claros o inexistentes, lo que plantea la posibilidad de exposición indebida de datos biométricos sensibles.
La ausencia de políticas claras por parte del DHS sobre quién puede utilizar Mobile Fortify, cuáles son sus objetivos, cuánto tiempo se conservan los datos, su fundamento legal o qué mecanismos de auditoría existen, resulta preocupante. Sin una supervisión adecuada, el despliegue de esta tecnología podría sentar un precedente alarmante en materia de vigilancia biométrica móvil, complicando aún más la situación ya vulnerable de muchas personas migrantes en Estados Unidos.
Share this content:
Publicar comentario