Confesiones de un adicto al porno generado por IA

«Ya me metí en esa madriguera, súper difícil salir de ella», respondió un miembro.

«Estoy de acuerdo», escribió otro. «El porno con IA es una locura y tremendamente adictivo».

Ross Crothers, terapeuta especializado en atención queer y trans en el este de Los Ángeles, cree que el porno con IA cambiará la forma en que la gente aborda las relaciones, «o más bien las evita», dice.

Una vez que la vía neural entre la IA y el placer sexual esté firmemente establecida, añade, «casi se vuelve demasiado eficiente». Esto hace que otras experiencias sexuales cambien y se vuelvan menos placenteras en comparación. Aquí es donde veremos una mayor apego evitativo de las relaciones y un aumento del aislamiento».

Kyle cuenta que su novia, con la que lleva siete años, empezó a notar, este año, un distanciamiento entre ellos que comenzó a afectar negativamente a su vida sexual. «Mis erecciones no eran tan fuertes como podrían haber sido. No podía durar tanto», dice. «Y nunca le dije explícitamente con qué estaba luchando. Pero notaba que había menos atracción que antes. Le había entrado el morbo proverbial».

Fuera de los hilos de Reddit, sin embargo, la adicción a la pornografía específica de la IA no está tan presente el panorama clínico actual. «Todavía no estamos viendo una oleada de casos en nuestras sesiones», dice Rob Terry, terapeuta de adicción al sexo y fundador de Karuna Healing en St. George, Utah. «Pero sí aparece aquí y allá». Sin embargo, varios expertos con los que habló WIRED dicen que creen que es «solo cuestión de tiempo» para que los efectos del porno generado por IA se conviertan en un problema mayor.

La erótica generada por IA es un género en rápido desarrollo. Los generadores de IA y las aplicaciones que desnudan, como Undress.cc, contribuyen a la prevalencia del porno generado por IA, al tiempo que despiertan preocupaciones éticas en torno al uso de deepfakes no consentidos. Un análisis de Indicator, que investigó 85 sitios web de nudificación, descubrió que la industria ya mueve unos 36 millones de dólares al año.

En Pornhub, uno de los sitios web más visitados del mundo, el porno con IA está restringido al contenido animado. El protocolo actual sólo permite contenidos de IA de los creadores originales, que deben someterse a un proceso de verificación antes de subir los vídeos. «Pedimos que la gente demuestre que es su trabajo», afirma Alex Kekesi, vicepresidente de marca y comunidad de Pornhub. Pero incluso el contenido dentro de esas restricciones ha encontrado un público, desde fantasías hiperrealistas («Me follé a una zorra sin columna vertebral y me gustó»), hasta reimaginaciones obscenas de personajes de Marvel («La primera lección de amor de la araña Gwen»). Según Pornhub, el hentai, un género de contenido porno que incluye personajes exagerados de videojuegos y anime, es el término más buscado en la web en Estados Unidos. En 2024, la generación Z tenía un 193% más de probabilidades de ver contenido hentai en comparación con el resto de grupos de edad.

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En los Pornhub Awards conversamos con algunas de las mayores estrellas del sitio para hablar de censura, ganar dinero y la popularidad del porno trans, todo ello mientras el sitio está bloqueado en más de un tercio de los estados de EE UU.

Parece que el interés por este tema se intensifica en todas partes. Desde abril, el tráfico de búsquedas en YouTube de «porno con IA» ha aumentado en Suecia, Australia y Canadá, según Google Trends. Hace poco, la decisión del Tribunal Supremo de mantener la ley de identificación de pornografía de Texas, similar a las leyes de al menos otros 20 estados y que exige que los sitios web para adultos verifiquen que sus usuarios tienen al menos 18 años, plantea la cuestión de si algunas personas podrían hacer porno con IA en casa, evitando por completo estas plataformas. Su creciente capacidad para crear imágenes sexuales hiperrealistas, adaptadas específicamente a los deseos de una persona, puede ahora producir porno tan orgásmico como cualquier vídeo generado por humanos. Aplicaciones de compañías como Nomi y Replika también se están usando como alternativas para entablar relaciones íntimas y tener sexo con robots de IA.

Pero «el porno con IA, en sí mismo, no es necesariamente un problema», afirma Paula Hall, psicoterapeuta del Laurel Centre de Londres, el principal proveedor especializado en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático en el Reino Unido, «sino más bien la forma en que se utiliza».