Google da el primer paso para enfrentar la creciente demanda eléctrica de la IA con energía nuclear

Google da el primer paso para enfrentar la creciente demanda eléctrica de la IA con energía nuclear


Google ha elegido a Tennessee como sede de Hermes 2, una central nuclear avanzada que abastecerá de energía a los centros de datos de la compañía en el suroeste de Estados Unidos. Esta decisión representa el primer despliegue del convenio firmado con la startup Kairos Power para adquirir electricidad a partir de pequeños reactores modulares (SMR, por sus siglas en inglés), con el fin de responder al aumento de la demanda generada por la inteligencia artificial (IA).

La firma de Mountain View indicó que el complejo aportará 50 megavatios (MW) de energía nuclear a la red de la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA, por sus siglas en inglés), destinada a sus centros de datos en los condados de Montgomery, Tennessee, y Jackson, Alabama. El acuerdo entre Google, Kairos Power y la TVA constituye la primera compra de electricidad proveniente de un reactor avanzado de cuarta generación (GEN IV) por parte de una empresa de servicios públicos en Estados Unidos.

“Con este paso estamos creando una solución tripartita, donde clientes de energía, compañías de servicios públicos y desarrolladores tecnológicos colaboran para impulsar innovaciones capaces de satisfacer la creciente demanda mundial de electricidad de forma confiable y asequible”, explicó Amanda Peterson Corio, jefa global de energía para centros de datos en Google.


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Cada vez son más los estudios que intentan cifrar el consumo de energía y la IA, incluso cuando las empresas que fabrican los modelos más populares mantienen en secreto sus emisiones de carbono.


La apuesta de Google por la energía nuclear

En octubre de 2024, la compañía ya había anunciado una alianza a largo plazo con Kairos Power para asegurar el suministro de 500 MW mediante seis o siete reactores modulares pequeños. Aunque su capacidad es menor a la de los reactores convencionales —que generan hasta 1,000 MW por planta—, se espera que el primero de estos equipos en Tennessee comience operaciones en 2030.

En esta fase inicial, la TVA comprará electricidad a Hermes 2, mientras que Google adquirirá los atributos de energía limpia a través de la misma autoridad, con el propósito de garantizar que sus centros de datos en la región se alimenten con electricidad local de origen no fósil.

El director ejecutivo de TVA, Don Moul, destacó: “La energía nuclear es la base de la seguridad energética del futuro. El hecho de que Google intervenga y ayude a compartir los costos y riesgos de proyectos nucleares únicos no solo permite a la empresa acceder a soluciones innovadoras, sino que también evita que esa carga recaiga en nuestros clientes. No es únicamente un beneficio para Google, lo es también para los 10 millones de usuarios de TVA”.

El interés de las grandes tecnológicas por esta fuente energética se intensifica. En marzo de 2024, Amazon adquirió un centro de datos alimentado por un reactor nuclear a la empresa Talen Energy, mientras que Microsoft firmó un convenio con Constellation Energy para reactivar una unidad de la central de Three Mile Island, en Pensilvania, el complejo nuclear más controvertido del país.

IA: Crece la demanda de energía

El auge de la IA está generando crecientes preocupaciones sobre su consumo energético. Una investigación de Alex de Vries, fundador de Digiconomist, advierte que la huella energética de esta tecnología se incrementará notablemente en los próximos cuatro años debido a la sofisticación de las herramientas y al aumento de su uso. Por su parte, Goldman Sachs calcula que la demanda de los centros de datos se disparará un 160% hacia finales de la década, y que la IA representará alrededor del 19% del consumo eléctrico mundial en 2028.

Ante este escenario, la energía nuclear mediante fisión ha sido planteada como una posible respuesta, aunque su eficacia todavía genera debate. Expertos señalan que los impactos ambientales requieren una evaluación más profunda antes de su adopción generalizada.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) estima que cada SMR puede generar hasta 300 MW, lo que equivale a un tercio de la capacidad de un reactor tradicional. Destaca además que estos reactores son más accesibles en construcción e instalación, y que requieren recargas de combustible cada tres a siete años, frente al intervalo de uno a dos años de las centrales convencionales.

El OIEA subraya que los SMR podrían desempeñar un papel clave en la transición hacia energías limpias y en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. No obstante, reconoce que también generan residuos similares a los de las plantas de gran escala. Aunque existen múltiples proyectos en desarrollo que buscan aprovechar esta tecnología, ninguno ha recibido todavía autorización regulatoria para su explotación comercial en Estados Unidos.



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