Olviden el video viral de Coldplay: El verdadero escándalo de Astronomer es la fragilidad de un imperio de IA de $1,200 millones
Mientras Coldplay interpretaba su Jumbotron Song en el Gillette Stadium de Massachusetts, la cámara se fijó en una pareja. El comentario improvisado de Chris Martin — «O están teniendo una aventura o son muy tímidos»— resultó ser una profecía. Los protagonistas eran el CEO Andy Byron y la directora de Recursos Humanos Kristin Cabot, de Astronomer, una startup de software con sede en Nueva York. Su rápida reacción para ocultar sus rostros fue inútil; el video se volvió viral, y con él, la reputación de la compañía.
Lo que siguió fue una clase magistral sobre cómo perder el control de la narrativa en tiempo real. Mientras los detectives de internet identificaban a Byron y Cabot, y las redes sociales se inundaban de memes y cuentas parodia, Astronomer permaneció en silencio. Ese vacío de más de 24 horas fue letal. Según datos de Muck Rack, en un solo día se publicaron más de 22,000 artículos sobre la empresa. La plataforma Memo encontró que más de 15 millones de personas leyeron sobre el escándalo, una cifra de audiencia comparable a la del juicio de Diddy o las disputas entre Musk y Trump. Las búsquedas en Google para «Astronomer» se dispararon a niveles sin precedentes.
Cómo un video de Coldplay se convirtió en el exploit que amenaza un imperio de IA
Es tentador, casi inevitable, perderse en los memes. El video de Andy Byron, CEO de Astronomer, en un concierto de Coldplay es el tipo de drama digital que consume el oxígeno de internet durante 72 horas. Pero enfocar la atención ahí es un error. La verdadera implosión no ocurrió en la pantalla gigante de un estadio, sino dentro de los servidores y las salas de juntas de una de las compañías de infraestructura de IA más subestimadas del mundo.
Lo que el incidente realmente destapó no fue un posible romance, sino la alarmante vulnerabilidad de una empresa cuya única misión es, irónicamente, gestionar y eliminar el caos.
La compañía se especializa en la orquestación de datos, comercializando Astro, una plataforma de nivel empresarial basada en el popular software de código abierto Apache Airflow. Su función es crítica: gestionar los complejos pipelines de datos que alimentan de manera confiable a los modelos de inteligencia artificial y machine learning. En esencia, Astronomer no construye la IA, sino la infraestructura fundamental sobre la que operan las aplicaciones de MLOps de gigantes como Apple y Stripe. Esta posición estratégica en el ecosistema tecnológico le ha valido una valoración superior a los $1,200 millones de dólares y el respaldo de firmas como Bain Capital Ventures y Salesforce.
El viernes por la noche, la empresa finalmente rompió su silencio. En un comunicado, anunció que el cofundador y CPO, Pete DeJoy, asumiría el cargo de CEO interino. Andy Byron y Kristin Cabot —quien, irónicamente, supervisa los recursos humanos de la organización— fueron puestos en licencia mientras la junta directiva inicia una «investigación formal sobre este asunto».
Una fuente familiarizada con la situación indicó a Axios que el retraso en la comunicación se debió, en parte, a lentas negociaciones sobre el paquete de salida de Byron. Este lapso permitió no solo que la especulación se descontrolara, sino que también dio voz a exempleados que han descrito a Byron como un líder «tóxico», añadiendo una capa de complejidad a lo que podría haber sido simplemente un error personal.
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