La IA es el nuevo Cupido: 26% de los solteros la usa para mejorar su vida amorosa

La IA es el nuevo Cupido: 26% de los solteros la usa para mejorar su vida amorosa


La participación de la inteligencia artificial (IA) en la configuración de las relaciones sentimentales continúa en ascenso. Solo en Estados Unidos, el número de solteros que utiliza esta tecnología para mejorar su vida amorosa aumentó un 333% entre 2024 y 2025, según un estudio realizado por Match Group en colaboración con el Instituto Kinsey. Esta tendencia apunta a mantenerse en los próximos años, aunque diversos estudios advierten que el uso emocional de la IA podría afectar negativamente el bienestar socioemocional de quienes la emplean.

Tras encuestar a más de 5,000 solteros estadounidenses, la decimocuarta edición del informe Singles in America reveló que una cuarta parte de los participantes ha recurrido a la IA para fortalecer sus vínculos románticos. De ellos, el 44% la utiliza para filtrar coincidencias con potenciales parejas, mientras que el 40% emplea algoritmos para diseñar perfiles atractivos en plataformas sociales, incluidas aplicaciones de citas.

Sin embargo, muchos usuarios marcan límites claros en cuanto al papel que esta tecnología puede desempeñar en sus relaciones afectivas. El 44% rechaza alterar sus fotografías mediante herramientas de IA, y el 36% considera inapropiado utilizar aplicaciones como ChatGPT para redactar mensajes o iniciar conversaciones.


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Herramientas como Iris Dating o la función de IA «Wingman» de Grindr, prometen aumentar tus probabilidades de encontrar a alguien por la red. Por ahora, los resultados son dispares.


Amanda Gesselman, directora de Ciencia Sexual y de Relaciones en Match Group, señala que, a pesar del crecimiento en su adopción, “la IA no sustituye la intimidad, sino que proporciona una ventaja. Para una generación saturada de opciones, las herramientas que aportan claridad y eficiencia son bienvenidas”.

El informe también destaca que siete de cada 10 solteros aún creen en el destino en el ámbito amoroso, y el 73% sostiene que el amor eterno existe. Más llamativo aún es el aumento de quienes afirman creer en el amor a primera vista: el porcentaje pasó del 34% al 60% en los últimos 10 años.

No obstante, se evidencia una brecha entre las expectativas y la realidad. El 39% de los solteros admite no conocer a nadie en su entorno cercano que cumpla con sus “objetivos de relación”. Este desfase podría estar estrechamente ligado al auge de las tecnologías emergentes y su influencia en la percepción del amor.

Gesselman advierte que el contenido difundido en redes sociales ha contribuido a idealizar las relaciones. “El amor se presenta más como un instante digno de compartir que como una experiencia sostenida. La presión por encontrar algo perfecto puede resultar paralizante”, advierte.

IA: ¿nuevo Cupido o nueva pareja?

La inteligencia artificial podría intensificar esta situación. El informe revela que al menos el 16% de los solteros ha interactuado alguna vez con un chatbot en calidad de pareja. Esta cifra se eleva al 33% entre los miembros de la generación Z y al 23% entre los millennials.

Este hallazgo refuerza las inquietudes sobre el uso emocional de sistemas de IA y su repercusión en la salud mental, especialmente entre los más jóvenes. Investigaciones recientes, desarrolladas por OpenAI en conjunto con el MIT Media Lab, señalan que, aunque las interacciones afectivas con ChatGPT no son predominantes en el uso cotidiano, pueden tener efectos adversos en el bienestar emocional de los usuarios.

Los estudios indican que, tras cuatro semanas de interacción, quienes utilizaron el modo de voz con un chatbot de género opuesto experimentaron un incremento notable en los sentimientos de soledad, así como una mayor dependencia emocional hacia la IA.

Las conversaciones con alta carga emocional, tanto del usuario como del modelo, mostraron una dinámica compleja: a niveles moderados de uso, aumentaron la sensación de aislamiento, pero redujeron la dependencia y el uso problemático. En cambio, las interacciones desprovistas de contenido emocional tendieron a fomentar la dependencia, sobre todo en quienes utilizaban la herramienta con mayor frecuencia.

“El impacto es mayor entre personas con fuerte tendencia al apego en sus relaciones o que consideran a la IA un amigo integrado en su vida personal. Además, el uso prolongado diario se asoció con efectos negativos más marcados. Si bien estas correlaciones no implican causalidad, ofrecen una base importante para futuras investigaciones sobre el bienestar de los usuarios”, concluye el equipo de OpenAI.



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