Pronto podrás tener ‘diversión adulta’ con ChatGPT: ¿Qué significará para tus relaciones y tu mente?
En mayo de 2024, mientras revisaba a detalle la descripción del modelo en turno de ChatGPT, un comentario medio escondido en el documento llamó mi atención. Decía que OpenAI estaba «explorando» cómo permitir que los usuarios adultos de ChatGPT generaran creaciones con temas para adultos como «contenido erótico, violencia extrema, insultos y lenguaje obsceno». Parece que la fase de exploración ha terminado.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, publicó recientemente en redes sociales que una actualización de ChatGPT, que llegará en diciembre, permitirá al chatbot craear nuevos tipos de contenido, entre los que se cuentan «erótico para adultos verificados».
Robot sucio
Aunque es tabú hablar de ello, es común que los usuarios intenten tener interacciones sexuales con tecnología no humana. «La gente lleva intentando hablar sucio con las máquinas desde siempre. También nos pasó con los asistentes de voz», afirma Kate Devlin, profesora de IA y sociedad en el King’s College de Londres, cuya investigación se centra en el sexo digital. «Así que no es sorprendente. Les están dando a las personas lo que quieren».
Quienes defienden los chatbots eróticos como legítimos acompañantes ven las herramientas de IA simplemente como una dimensión más de las interacciones en línea de los usuarios. Un investigador con el que hablé sugiere que las charlas apasionadas con grandes modelos del lenguaje no van a significar el fin de la excitación general de la humanidad ni de su capacidad para conectar con otros humanos. «Soy muy escéptico ante estas afirmaciones de que, de alguna manera, se destruirá la intimidad humana solo porque podamos establecer relaciones con nuestros chatbots», afirma Neil McArthur , director del Centro de Ética Profesional y Aplicada de la Universidad de Manitoba, especializado en sexo e IA.
Él ve a los bots eróticos como “una parte de su espectro de relaciones”, en lugar de un reemplazo para la conexión humana, donde los usuarios pueden “satisfacer una perversión” que tal vez no podrían explorar en la vida real.
Placer inmediato
Al tratar de imaginar quién usará un chatbot para obtener placer sexual, es fácil pensar en el típico incel. Al fin y al cabo, los hombres fueron más rápidos al adoptar herramientas de IA generativa, y ahora las discusiones sobre la «epidemia de soledad» masculina parecen inevitables.
Devlin rechaza la idea de que las personas con personalidad incel sean las únicas que recurren a bots de IA para sentirse realizadas. “Existe la percepción general de que esto es para hombres heterosexuales solitarios, y ese no ha sido el caso en ninguna de mis investigaciones”, afirma. Señala el subreddit r/MyBoyfriendIsAI como un ejemplo de mujeres que usan ChatGPT para buscar compañía.
«Si crees que este tipo de relaciones conllevan riesgos, te presento las relaciones humanas», dice McArthur. Devlin coincide con esta opinión, afirmando que las mujeres se enfrentan a una gran cantidad de toxicidad por parte de los hombres en línea, por lo que optar por «conseguir un novio amable y respetuoso» a través de un chatbot le parece lógico.
Julie Carpenter, investigadora de Cal Poly especializada en IA y apego, es más cautelosa y clínica en su enfoque de ChatGPT. «No se debería clasificar automáticamente como algo con lo que se puede compartir intimidad, como algo que se asemeja a un amigo o en lo que se debe confiar», afirma. «No es tu amigo». Dice que las interacciones con bots deberían clasificarse en una categoría social nueva, diferenciada de las interacciones entre personas.
Todos los expertos con los que habló WIRED destacaron la privacidad del usuario como una preocupación clave. Si la cuenta ChatGPT de un usuario es hackeada o las transcripciones del chat se filtran, las conversaciones eróticas no solo serían un motivo de vergüenza, sino que podrían ser perjudiciales. Al igual que los hábitos pornográficos de un usuario o su historial de navegación, los mensajes de sexo a través del chatbot podrían incluir muchos detalles altamente sensibles, como la orientación sexual de una persona.
Devlin argumenta que las conversaciones eróticas con chatbots podrían abrir aún más a los usuarios a la posibilidad de una «mercantilización emocional», donde la excitación se convierte en una fuente de ingresos para las empresas de inteligencia artificial. «Creo que es un enfoque muy manipulador», afirma.
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